Pascual Lencinas, fundador de La Francia, legó el terreno destinado a albergar la futura iglesia. Tras cuatro años de esfuerzo y dedicación, la capilla finalmente abrió sus puertas en 1896. Concluida la construcción, se emprendió la búsqueda de una imagen para consagrar como patrona de nuestro pueblo, dando lugar a la venerada “Nuestra Señora de la Merced” y al Sagrado Corazón de Jesús.
El primitivo edificio exhibía una sola nave, con un altar de madera de elegancia sencilla, enriquecido con detalles dorados. La fachada, discreta, se orientaba hacia la plaza, presentando una única puerta principal que conducía al templo y una torre única que albergaba el campanario. Sin embargo, en 1943, de manera arbitraria, el párroco Daniel Fardella demolió esta capilla, ubicada en el terreno que ahora ocupa el actual salón parroquial.
Ante el crecimiento demográfico, se vio la necesidad de erigir un templo más amplio. El 24 de septiembre de 1943 marco un hito con la primera misa celebrada en el nuevo templo, que, en el mismo año, ascendió al estatus de parroquia para servir a la creciente comunidad con mayor esplendor.