Al carecer de documentación científica precisa, la identificación específica de los habitantes originarios en esta región se mantiene incierta. Sin embargo, es conocido que en aquellos tiempos, el territorio cordobés estaba habitado por diversos grupos étnicos, incluyendo a los Comechingones, Sanavirones y Pampas o Puelches. Aunque se han descubierto vestigios de asentamientos indígenas en el Arroyo de los Guevara, la información sobre su apariencia física, organización social y prácticas religiosas permanece en la oscuridad debido a la falta de registros detallados.

Bajo la directiva del Poder Ejecutivo en 1885, se encomendó a Don Santiago Temple la ejecución de la sección este del Ferrocarril Central Córdoba, posteriormente renombrado Ferrocarril Manuel Belgrano desde 1940. Esta importante línea ferroviaria, inaugurada el 15 de octubre de 1888, conectó las ciudades de Córdoba y San Francisco. El surgimiento de Estación La Francia fue una iniciativa visionaria de las autoridades de la época, que decidieron establecer una estación ferroviaria en este punto estratégico. A diferencia de muchos pueblos vecinos, La Francia no cuenta con un acta formal de fundación; su origen se presenta como una consecuencia lógica del progreso impulsado por la llegada de las vías férreas en aquellos tiempos.

El origen del nombre de La Francia permanece envuelto en misterio, ya que la documentación existente no proporciona indicios claros sobre por qué los responsables de la construcción ferroviaria eligieron esta denominación. A pesar de la falta de certeza, varias hipótesis han surgido a través de relatos de antiguos vecinos. Según uno de ellos, un criollo la bautizó como Francia debido a las inundaciones que convertían el lugar en un mar, comparándolo con su país natal europeo. Otra versión sugiere que la oficina de correos, habitada por dos franceses con un negocio llamado La Francia en homenaje a su patria, influyó en la elección del nombre. Asimismo, se cuenta que la coincidencia en el tiempo entre la finalización de la estación de ferrocarril y la Torre Eiffel en 1888 llevó a llamarla La Francia, dado que algunos constructores eran franceses. A pesar de las diversas teorías, todas convergen en la intención de asociar el nombre con el país europeo.

Nacido en Villa del Rosario y establecido en Villa Concepción De El Tío, Don Pascual Lencinas desempeñó un papel fundamental como el visionario fundador de La Francia. Como propietario de los campos que más tarde albergarían al pueblo, Lencinas, una vez aprobados los planos de la localidad, lideró la donación de tierras para la plaza, la iglesia y la escuela. Además de su generosa contribución de terrenos, aportó fondos y encabezó la iniciativa que unió a los vecinos para construir el futuro de La Francia. Casado con Angelina Mugas, la pareja tuvo cuatro hijos. Pascual Lencinas también dejó un legado como presidente de la primera Comisión de Fomento, establecida en 1908 para impulsar el desarrollo local. Su vida fue truncada de manera inesperada y prematura el 31 de marzo de 1909, a la edad de 50 años, dejando tras de sí un impacto duradero en la historia y el desarrollo de La Francia.

Durante el florecimiento económico de la Argentina a principios del siglo XX, se gestó un significativo movimiento migratorio desde Europa que dejó una huella imborrable en nuestro territorio. Los primeros pobladores, principalmente originarios de la región italiana de Piamonte, encontraron en la agricultura una prometedora oportunidad para mejorar su calidad de vida. Además de los colonos italianos, la diversidad enriquecedora de nuestra comunidad se vio impulsada por inmigrantes de diversas procedencias, incluyendo franceses, españoles e italianos, todos contribuyendo a forjar la identidad única de nuestra tierra.

Con la fundación del pueblo y la consolidación de la primera comunidad católica, surgió la idea de dotar a La Francia de una capilla. Pascual Lencinas, líder visionario, no solo donó el terreno sino que encabezó la comisión encargada de recaudar fondos para su construcción. Sin embargo, aún faltaba la imagen que sería la patrona espiritual del pueblo. La gestión ante el generoso hacendado de la época, don Nicanor Achaval, resultó clave. Él adquirió la imagen en la ciudad de Rosario y la resguardó en su hogar hasta que la capilla estuvo lista para recibirla. La llegada de la virgen fue conmemorada con una emotiva peregrinación que involucró sacerdotes, comisiones especiales, una banda de música y participantes de toda la región. Desde aquel momento, cada 24 de septiembre, La Francia se congrega en devoción a su patrona, generala del ejército argentino. Esta fecha, marcada por la llegada de la virgen, ha quedado arraigada en la tradición local, convirtiéndose en el día de las Fiestas Patronales, en contraste con la fecha de fundación del pueblo el 15 de octubre.